Según un informe del Banco Mundial dado a conocer la tercera semana de agosto de 2019, se suma a los reportes que han hecho distintas organizaciones en el sentido que el mundo enfrenta una crisis invisible de calidad del agua que disminuye en un tercio el potencial de crecimiento económico en zonas altamente contaminadas y pone en peligro el bienestar humano y ambiental.
En el informe que lleva por nombre Quality Unknown : The Invisible Water Crisis ( Calidad desconocida: La Crisis invisible del agua) se indica, con nuevo datos y métodos, de qué modo una combinación de bacterias, aguas residuales, productos químicos y material plásticos puede absorber el oxígenos de ls fuente de agua y transformarlas en veneno para las personas y los ecosistemas. Para arrojar luz sobre el tema, el Banco Mundial creó la base de datos sobre calidad del agua más importante del mundo, con los datos que se obtienen a través de estaciones de seguimiento, tecnologías de teledetección y aprendizaje automático, se se señala que la carencia de agua limpia, limita el crecimiento económico en un tercio y, por lo tanto, se insta a prestar inmediata atención a nivel mundial, nacional y local a estos peligros que enfrentan por igual los países desarrollados y en desarrollo.
“El agua limpia es un factor clave para el crecimiento económico. El deterioro de la calidad del agua frena ese crecimiento, empeora las condiciones de salud, reduce la producción de alimentos y exacerba la pobreza en muchos países”, dijo David Malpass, presidente del Grupo Banco Mundial. “Los Gobiernos deben tomar medidas urgentes para contribuir a resolver el problema de la contaminación del agua, de modo que los países puedan crecer más rápidamente en forma equitativa y ambientalmente sostenible”.
Cuando la demanda biológica de oxígeno —medida que muestra la contaminación orgánica registrada en el agua e indicador indirecto de la calidad general de esta— supera determinado umbral, el crecimiento del producto interno bruto de las regiones ubicadas en la parte inferior de las cuencas experimenta caídas de hasta un tercio debido a los efectos sobre la salud, la agricultura y los ecosistemas.
Un elemento clave que contribuye al deterioro de la calidad del agua es el nitrógeno que, al aplicarse como fertilizante agrícola, con el tiempo ingresa a los ríos, lagos y océanos, donde se transforma en nitratos. La exposición temprana a los nitratos afecta el crecimiento y el desarrollo cerebral de los niños, lo que repercute en su salud y su potencial de ingresos en la edad adulta. El escurrimiento y la descarga en el agua de cada kilogramo adicional de fertilizantes de nitrógeno por hectárea pueden aumentar las tasas de retraso del crecimiento de los niños en un 19 % y reducir sus ingresos en la edad adulta hasta en un 2 %, en comparación con aquellos que no están expuestos.
En el informe también se señala que el rendimiento agrícola cae a medida que aumenta la salinidad de las aguas y los suelos como consecuencia de las sequías más intensas, las marejadas ciclónicas y el incremento de las extracciones de agua. Debido a la salinidad de las aguas, en el mundo se pierde cada año una cantidad de alimentos suficiente para 170 millones de personas.
En el informe se recomienda un conjunto de medidas que los países pueden adoptar para mejorar la calidad del agua, entre ellas, las siguientes: políticas y normas ambientales; un seguimiento minucioso de las cargas de contaminación; sistemas que garanticen el cumplimiento de las normas; infraestructura de tratamiento del agua respaldada con incentivos para la inversión privada, y difusión de información confiable y precisa entre los hogares para inspirar la participación ciudadana.
Las incertidumbres de la contaminación por arsénico en el agua potable
La contaminación por arsénico es un problema que afecta a millones de personas en todo el mundo. Unos 20 millones de Bangladesíes, alrededor del 12 por ciento de la población, son parte de lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) llama «el mayor envenenamiento de una población en la historia» . Se informa que la exposición a largo plazo a altos niveles causa alrededor de 1.2 millones de casos de hiperpigmentación, 600.000 casos de queratosis, 125.000 casos de cáncer de piel y 3.000 muertes por cáncer interno cada año en Bangladesh. Pero incluso en países que han sido altamente proactivos, como Chile, según el Banco Mundial, el cumplimiento de las directrices no ha protegido a las personas de los efectos de la exposición a largo plazo al arsénico. Hasta mediados del siglo XX, el norte de Chile permaneció escasamente poblado y extraía agua potable de ríos libres de arsénico. Cuando la población aumentó después del auge minero de la década de 1950, el agua se extrajo de fuentes más sensibles y las concentraciones de arsénico aumentaron diez veces, exponiendo a los residentes a niveles de arsénico hasta 17 veces mayores que la recomendación de la OMS de 10 microgramos por litro (μg/L). El problema del arsénico en el agua potable se resolvió en Antofagasta, la ciudad más poblada del norte de Chile, en la década de 1970 mediante la creación de una planta de tratamiento y un mayor uso de agua desalinizada (en la década del 2000). Sin embargo, 27 localidades, donde viven más de 800.000 habitantes (más de la mitad de la población del norte de Chile), todavía estuvieron expuestas a niveles inseguros de arsénico en el agua en la década de 2010. Esas violaciones fueron frecuentes: en Iquique y sus alrededores, una de las tres ciudades más grandes del norte, los niveles de arsénico en el agua potable fueron superiores a 10 μg/L el 94% del tiempo entre 2011 y 2018. En 83 localidades adicionales de los 392 encuestado por la Superintendencia de Servicios Sanitarios el nivel de arsénico en el agua alcanzó exactamente el umbral de 10 μg/L fijado por la OMS. Grandes partes del norte volcánico de Chile tuvieron acceso a agua potable contaminada con arsénico hasta 2017, hoy este informe viene a respaldar varias investigaciones locales que dan cuenta de muchos poblados, principalmente en el norte del país, en que sus aguas son captadas en forma directa desde ríos o napas subterráneas, presentan esa problemática. Las localidades en la quebrada de Camarones en la Región de Tarapacá, varios otros poblados al interior de la ciudad de Calama en la Región de Antofagasta y no pocas localidades de las organizaciones de Agua Potable Rural, en distintas regiones, presentan niveles que sobrepasan los niveles normativos de arsénico.
En informe también analizada alguno resultados de los efectos debilitantes a largo plazo, los impactos agudos a niveles relativamente bajos los niveles, son discernibles. Utilizando 11.6 millones de registros de ingresos hospitalarios entre 2011 y 2017 del Departamento de Estadísticas de Salud, se encuentra que cuando el arsénico en el agua potable está por encima de la recomendación de la OMS de 10 μg/L, los ingresos hospitalarios aumentan en un 30 por ciento para el dolor abdominal, vómitos, y deshidratación, problemas de salud que están comúnmente relacionados con la exposición al arsénico en la literatura médica. Los efectos agudos se encuentran en el umbral de 10 μg/L. Tan recientemente como en 2001, la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. (EPA) consideró que 50 μg/L es el umbral seguro para el arsénico en los Estados Unidos, y este nivel se asoció con efectos a largo plazo. El memorándum que anunciaba el cambio de umbral establecía: “Aunque las exposiciones agudas a altas dosis de arsénico inorgánico pueden causar efectos adversos, tales exposiciones no ocurren en los sistemas públicos de agua en los EE.UU. que cumplen con el nivel máximo de contaminante, existente de 50 μg /L ” (EPA 2001).
Además, análisis de los ricos microdatos laborales de Chile, de la Encuesta Nacional sobre Empleo, muestra que estos impactos en la salud se traducen en una disminución en la productividad de los trabajadores. Cuando los niveles de arsénico en el agua potable son superiores a 10 μg/L en una comuna, el tiempo de trabajo semanal promedio por trabajador disminuye entre 30 minutos y 2 horas en comparación con los meses con niveles de arsénico inferiores a 10 μg/L. Además, la probabilidad de ser empleado durante estos meses afectados disminuye en un 5.6 por ciento. Los resultados de un solo estudio no deben determinar la política. Sin embargo, personifican cuán inciertos son muchos de estos umbrales seguros y la necesidad de un mayor escrutinio.
Nota: El informe, fue financiado en parte por la Alianza Mundial para la Seguridad Hídrica y el Saneamiento, un fondo fiduciario de múltiples donantes de las Prácticas Mundiales de Agua del Banco Mundial, puede descargarse desde aquí: Quality Unknown – The Indivisible Water Crisis