Mas del 60 % de los Laboratorios Químicos en el país hoy no cuentan en sus instalaciones con un Sistema de Gestión de la información del Laboratorio del inglés Laboratory Information Management System (LIMS). Muchos de estos Laboratorios de análisis, de empresas de servicios y de plantas productivas, se enfrentan diariamente no sólo con el aumento simple de la carga de trabajo y de exigencias de ensayos, sino también con una necesidad cada día mayor de respaldar la información generada a través de los registros. Los Informes a los clientes, los requisitos de archivos legales, los registros de control de calidad, las normas de buenas prácticas del laboratorio, la peticiones de la autoridad fiscalizadora, los respaldos para las áreas comerciales y una serie de otras demandas contribuyen al incremento del papeleo. Cuando estos registros se suma a los problemas logísticos inherentes en el funcionamiento de un laboratorio que debe procesar miles de muestras, las condiciones están dadas para al menos pensar en adquirir un sistema de gestión de la información para el laboratorio.
Un LIMS está diseñado para ayudar a controlar el flujo de trabajo diario del laboratorio y de actuar como un procesador de documentos. Fue en el año 1983 cuando Raymond E. Dessy en la revista Analytical Chemistry dio a conocer las primeras configuraciones y funciones de un LIMS típico de los que conocemos hoy por lo que una definición más adecuada es la de un conjunto de herramientas basadas en sistemas informáticos que permite la adquisición y gestión de toda la información generada en el laboratorio.
ALCANCE DE UN LIMS
En los últimos años, el término LIMS se ha hecho popular en los folletos de ventas de empresas que venden estos software, y se utiliza a menudo en una variedad de formas que hacen que sea difícil saber exactamente lo que se está describiendo. A veces el término se aplica a cualquier sistema informático que guarda y manipula los datos del laboratorio, incluso con un sólo instrumento. En rigor LIMS debería ser usado para describir un sistema que abarca más funciones, desde la solicitud de los ensayos, seguimiento de la muestra, la gestión en las estaciones de trabajo, los resultados de informes, el almacenamiento de información, la calidad, la seguridad, la recopilación y tratamiento de datos, debe además organizar y controlar todo el trabajo del laboratorio en todas las etapas del proceso analítico así como en todos los procesos de gestión del mismo. Un sistema LIMS debe adaptarse por completo al laboratorio y no al revés. Debe permitir seguir creciendo con el paso del tiempo para garantizar la inversión realizada. Debe tener preferentemente un paquete estándar, capaz de soportar procesos de programación a la medida del usuario, sin que estos afecten al núcleo del sistema LIMS, permitiendo que se pueda aprovechar las experiencias de otros laboratorios, cuando se actualiza a nuevas versiones del LIMS, y pueda seguir disfrutando de los procesos que para él en exclusiva se han generado. Un LIMS no acelera los procesos analíticos, pero sí reduce el tiempo dedicado a administración de la información con lo cual los analistas pueden dedicar más tiempo a labores puramente químicas y mejorar sus resultados y conocimientos. Un LIMS se aplica a todos o al menos partes importantes del laboratorio en lugar de un sistema de un solo instrumento. (este reportaje lo puede seguir leyendo en la Edición 6 de la Revista Digital en la pestaña ediciones anteriores)
Fuente : Revista Química I&M