NORMAS CHILENAS PARA LA CALIDAD DE LA LEÑA

Un aporte al control de las emisiones de contaminantes en época de invierno y un apoyo a los comerciantes y consumidores son las normas chilenas de requisitos y muestreo e inspección para la leña.

El uso masivo y, a veces, ineficiente de la leña, causa  contaminación atmosférica, provocando enfermedades respiratorias y cardiovasculares a la población. La calidad de la leña es uno de los factores que incide en esta contaminación, pues en ocasiones se comercializa y consume leña con altos porcentajes de humedad, provocando daño ambiental y afectando directamente la salud de las personas.

En este marco, el Instituto Nacional de Normalización, INN, recuerda que se encuentran disponibles para todos los interesados las normas chilenas relacionadas con la calidad de la leña, documentos que constituyen un aporte al cuidado medioambiental y de la salud de las personas y que, además, ayudan a los comerciantes a mejorar su imagen, al ofrecer un producto de mayor calidad y respetuoso del medio ambiente.

La NCh2907.Of2005 Combustible sólido – Leña – Requisitos establece la clasificación y requisitos de calidad para la leña empleada como combustible sólido. Se aplica solo a la leña que se utiliza en los sectores residencial, comercial e institucional, no en caso de desechos forestales, industriales, desechos leñosos de distinto origen u otros productos originados a partir de madera densificada como briquetas y pellets, entre otros.

La NCh2965.Of2005 Combustible sólido – Leña – Muestreo e inspección describe los procedimientos de muestreo e inspección que permiten verificar que un lote de leña cumpla con los requisitos establecidos en la norma NCh2907, así como su clasificación en grado de calidad.

Desde el año 2004 se comenzó a trabajar en el diseño de una herramienta que permitiera regular el mercado de este combustible. De esta forma surge el Sistema Nacional de Certificación de Leña (SNCL), iniciativa público privada que ha fijado estándares de calidad para certificar el proceso de comercialización, considerando aspectos de origen, formalidad del negocio, calidad del producto y servicio al consumidor. Este sistema incluye  las exigencias de contenido de humedad definidas por el Instituto Nacional de Normalización (INN).