La jefa del área de Tratamiento de Aguas Servidas de la División de Fiscalización de la SISS, Verónica Vergara, entrega un panorama de este proceso y sobre los avances en materia de fiscalización y control, tanto de las normas de análisis como las de muestreo de las aguas residuales.
A junio de 2016 en nuestro país existen 290 plantas de tratamiento de aguas servidas en sectores urbanos, las cuales son operadas por las empresas sanitarias y cuyos efluentes o aguas servidas tratadas son descargadas a un cuerpo de agua superficial, es decir, a lagos, ríos, quebradas o al mar. Estos efluentes son monitoreados con el fin de verificar que cumplan con la norma de emisión cuyo objetivo es la protección ambiental. Dentro de este proceso un aspecto crucial es el muestreo, que debe ser realizado cumpliendo la Norma de Muestreo de Aguas Residuales NCh 411/10 -2005 y su Manual Operativo que ha elaborado la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS).
La jefa del Área de Tratamiento de Aguas Servidas de la División de Fiscalización de la SISS, Verónica Vergara explica que para asegurar que los resultados del autocontrol informados a la autoridad sean idóneos, el organismo fiscaliza y controla que tanto las normas de análisis como la de muestreo de aguas residuales se realicen de acuerdo a lo que establecen las normativas vigentes. Para el caso de los análisis físico-químicos y bacteriológicos de aguas residuales se deben utilizar las exigencias establecidas en las Normas Chilenas Serie 2313 Métodos de Análisis y en el caso del muestreo de las aguas residuales, existe la Norma Chilena 411 parte 10 del año 2005, que establece los procedimientos de recolección y el manejo de las muestras.
Tomando en consideración la importancia que tiene para el sector, la estandarización de los procedimientos y metodologías que emanan de las normas técnicas, la SISS preparó en forma consensuada con los entes que utilizan dicha norma, el Manual Operativo de la NCh 411/10, el cual complementa y aclara los requisitos normativos, constituyéndose en una valiosa herramienta para el sector y para la SISS que lleva a cabo la fiscalización de dicho manual.
«Cuando se elaboró el Manual en el año 2010, la preocupación no sólo estaba radicada en la autoridad competente, sino que también en quienes tienen que ver con el control de aguas residuales, laboratorios, sanitarias e industriales. Hoy podemos decir que este Manual ha sido una herramienta importante, dado que permitió uniformar criterios respecto a las actividades de muestreo que nos permiten contar con resultados confiables», explica Verónica Vergara.
Actualmente el Área de Tratamiento de Aguas Servidas de la SISS, se encuentra desarrollando auditorías para verificar el cumplimiento del Manual Operativo SISS y validando los autocontroles, en todo el universo de las empresas sanitarias que cuentan con sistemas de tratamiento de aguas servidas.
¿Cómo se ha desarrollado este proceso en lo operativo?
A la fecha hemos auditado un 61% de las empresas que deben cumplir con dicho requerimiento, es decir, a 27 empresas de un total de 44, de estas el mayor número corresponden a las empresas mayores, como Aguas Andinas, ESVAL, ESSBIO, Aguas Araucanía, ESSAL, NUEVOSUR, otras empresas medianas como Aguas del Valle, Aguas del Altiplano, Aguas Antofagasta, Aguas Chañar, Aguas Patagonia, Aguas Magallanes, Aguas Décimas, entre otras.
Las auditorías realizadas se han enfocado en el cumplimiento del Manual Operativo SISS de muestreo de aguas residuales, y a partir del año 2014 se incorporó la validación de los resultados analíticos de autocontrol que ejecutan los laboratorios contratados por las empresas sanitarias, realizando visitas a los distintos laboratorios que realizan los ensayos analíticos físico – químico y bacteriológicos de las muestras de aguas residuales. Es importante señalar que dichos resultados son los informados a la SISS por las concesionarias sanitarias, a través del Protocolo de Información de Plantas de Tratamiento de Aguas Servidas.
Cabe señalar, que esta regulación es aplicable a los autocontroles ejercidos tanto por las empresas de servicios sanitarios, como los realizados por los establecimientos industriales que descargan sus residuos líquidos a la red de alcantarillado; y los Controles Directos realizados por la SISS.
¿Desde cuándo se comenzó a exigir el Manual Operativo?
A contar del 24 de noviembre de 2010, la SISS instruyó su aplicación a todos aquellos organismos que realizan monitoreos de aguas residuales, cuya fiscalización compete a la Superintendencia de Servicios Sanitarios.
En el detalle, ¿en qué consisten las auditorías?
En las auditorías se revisan tres aspectos relevantes para la SISS:
El primero, es verificar que se está dando cumplimiento al Manual Operativo SISS. En esta etapa, se verifica en terreno los procedimientos que aplican las empresas sanitarias para los monitoreos de los efluentes de las plantas de tratamiento de aguas servidas, y también los realizados en los controles a los Riles que se descargan en sus sistemas de alcantarillado. Aquí se revisa toda la cadena de custodia del muestreo, es decir, desde el momento en que se toma la muestra, hasta cuando ingresa al laboratorio para su análisis.
En un segundo aspecto, se revisa la información que remite mensualmente la empresa sanitaria a la SISS, a través del Protocolo de Información PR-023, para su validación. Esta actividad forma parte de los programas de monitoreo establecidos por la SISS a cada una de las plantas de tratamiento de aguas servidas, para demostrar el cumplimiento de la calidad de servicio.
En una tercera etapa, se encuentra visitar los laboratorios de análisis utilizados por las empresas sanitarias, para verificar que ellos cumplen los requisitos exigidos para analizar los parámetros considerados en la normativa vigente de aguas residuales, en el marco del Instructivo SISS «Requisitos para un Laboratorio de Aguas», aprobado mediante Res SISS N° 1145 del 18/06/1997, documento técnico en que se basa el convenio vigente entre esta Superintendencia de Servicios Sanitarios y el Instituto Nacional de Normalización INN para la acreditación de los Laboratorios de Ensayo.
¿Cuáles son los resultados obtenidos por la SISS?
Estas auditorías han permitido que las empresas sanitarias logren un avance significativo en la implementación de las directrices que establece el Manual, pero aún se detectan algunas falencias en lo que se refiere al control que las empresas sanitarias deben tener sobre las empresas externas que contratan para efectuar los servicios de monitoreos y de análisis.
También han permitido que los encargados de estas actividades se capaciten en los muestreos, debido a que en un principio se detectaban muchos errores en la ejecución en terreno. Esta actividad ha registrado una mejora considerable, en el transcurso de estos cinco años. Hay que recordar que el Manual Operativo exige una cierta formación y experiencia del personal a cargo del muestreo, quienes deben ser sometidos al menos a una evaluación de desempeño anual en el tema.
Otro tema importante que se debe destacar, es que durante el año 2013 se incorporó la revisión de los informes de autocontrol remitidos por las empresas sanitarias a través del protocolo de información PR23, para validar dicha información, encontrándose en ese año algunas deficiencias. Pero ya en el año 2015 se pudo verificar que hay un gran avance en la gestión del monitoreo, donde se puede apreciar claras mejoras de algunos aspectos críticos del monitoreo como son: refrigeración de las muestras durante el monitoreo, formación de muestras compuestas antes de 3 horas contados desde la recolección de la última muestra puntual para formarla, cálculo de alícuotas proporcional al caudal, transporte para muestras bacteriológicas y físico-químicas, preservación adecuada de muestras, tiempo de espera para análisis, entre otros.
Respecto a los análisis, se constata que en general los ensayos son realizados de acuerdo a los procedimientos, para los parámetros más críticos que fueron evaluados y que son de mayor interés para las descargas, como por ejemplo, los parámetros DBO5, Sólidos Suspendidos Totales, Coliformes Fecales, donde se destaca la concordancia de los datos informados y los datos originales de las entidades de muestreo y de los laboratorios.
De acuerdo a lo visto en estas auditorías, ¿qué reflexiones le quedan?
Después de cinco años auditando estas materias puedo señalar que las empresas sanitarias le han dado una mayor importancia a capacitar a su personal de muestreo para realizar un mejor monitoreo y a controlar más los aspectos de esta etapa que son claves para obtener resultados confiables. Es importante destacar que el tema de las metodologías de análisis utilizadas en aguas residuales, lleva varios años en el sistema de acreditación de los laboratorios, que lo realizan ante el Instituto Nacional de Normalización (INN). Estimo que faltaba darle importancia a la actividad de muestreo, que corresponde a la primera etapa y una de las más importantes, que deben realizar antes de llegar a un resultado de análisis que sea confiable para esta autoridad y representativos de lo que se descarga. Esto último lo menciono, porque la muestra tomada debe ser lo más representativo posible de la descarga que se realiza.
Por otra parte, para la actividad de terreno, puedo indicar respecto de los equipos y procedimientos que se usan, que éstos son factibles de mejorar, por ejemplo:
Respecto de los equipos de monitoreo automático que se utilizan para las muestras compuestas, se ha evidenciado que su utilización es muy importante ya que además de tomar muestras, permiten registrar valores instantáneos de algunos parámetros como son; temperatura, pH y caudal, entre otros.
Sin embargo, se ha evidenciado en terreno que el requisito de temperatura de la primera muestra puntual al final del monitoreo (≤ 12°C), se cumple sin problemas en las regiones del sur, no obstante, en las regiones del norte del país se ha detectado mayores dificultades para cumplir con este requisito, siendo necesaria una mayor presencia de la persona que está a cargo del monitoreo, para recargar hielo en forma periódica, perdiéndose el automatismo que se busca con el uso de estos equipos. Por ello, pienso que se debiera estudiar una mejora del funcionamiento de estos equipos por los problemas detectados, con el propósito de permitir poder mantener la temperatura adecuada dentro del equipo por un período mayor, al menos por el tiempo que dura el monitoreo, que en el caso de las plantas de tratamiento de aguas servidas es de 24 horas.
Otro problema detectado en los monitoreos, es que estos equipos automáticos no permiten tomar una muestra representativa en la columna de agua. Esto se ha verificado en algunas plantas con problemas operacionales y que en su efluente se visualiza lodo en la superficie del agua, lo que no es captado en las muestras tomadas por los equipos automáticos; en estos casos se ha debido recurrir a muestreos manuales.
Es importante señalar que existen en el mercado equipos de monitoreo más robustos, que tienen una refrigeración automática, pero que encarecen el proceso y no son fáciles de transportar.
Pero por otro lado, también hemos verificado en terreno, que no se han aprovechado en toda su capacidad los equipos automáticos que se usan para el muestreo, subutilizando las capacidades de éstos, por ejemplo: no se obtienen los registros electrónicos de la actividad de muestreo que estos equipos graban durante su utilización, los cuales son una evidencia de lo que ha ocurrido durante el período que se realizó el muestreo. Por este motivo, a partir del año 2015, la SISS ha comenzado a requerir a las entidades de muestreo estos registros.
¿Qué nuevos desafíos ve que se deben abordar sobre la materia?
Un tema de preocupación de la SISS es que en las auditorías realizadas al Manual Operativo SISS se detectaron deficiencias importantes respecto a la medición de caudal, debido a la falta de calibración y contrastación contra patrones, de los sistemas de medición de caudal fijos instalados en plantas de tratamiento de aguas servidas, así como también de los caudalímetros portátiles, usados por los laboratorios que prestan servicios a las sanitarias para los monitoreos de dichas plantas de tratamiento y de Riles. Se debe destacar que la medición de caudal es una actividad muy importante, ya que la composición de las muestras compuesta en el muestreo se debe efectuar en función del caudal, y también las empresas sanitarias deben informar a la SISS los caudales tratados en las plantas de tratamiento de aguas servidas.
Lo anterior, ha generado que esta autoridad a partir del presente año inicie la implementación de Auditorías para verificar el cumplimiento de la norma NCh 3205/11 «Medidores de caudal de aguas residuales- Requisitos», para comprobar la instalación, el correcto funcionamiento, contrastación y calibración de los medidores de caudal de plantas de tratamiento de aguas servidas operadas por las concesionarias. Cabe señalar que la norma NCh 3205/11, fue oficializada a fines de 2013, por lo que a 3 años de entrada en vigencia de la norma es fundamental evaluar su cumplimiento integral, considerando el gran número de instalaciones existentes en el país (290 plantas de tratamiento de aguas servidas) cada una de ellas debe contar al menos con tres medidores de caudal, para medir afluente, efluente y by-pass.
¿Qué acciones tomará la SISS ante los eventuales incumplimientos detectados en las auditorías?
En los casos donde se han identificado observaciones, la SISS ha instruido realizar las acciones correspondientes su solución, a las cuales se les efectúa un seguimiento para verificar que se realizaron.
Al respecto puedo indicar que en la mayoría de los casos las empresas realizan las mejoras comprometidas.
En caso que no prosperen estos compromisos, la SISS inicia los procedimientos administrativos que correspondan
Fuente: SISS